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Hoy continuamos la serie que nos va a llevar a analizar las 20 tramas maestras que propuso Ronald Tobias. Ya vimos las catorce primeras tramas de búsqueda, aventuras, persecución, rescate, huida, venganza, enigma, rivalidad, el desvalido, la tentación, la metamorfosis, la transformación, la maduración y el amor continuamos con la trama de amor prohibido.
Pero antes os recuerdo que en la plataforma de cursosdeguion.com podéis aprender todo lo necesario para escribir guiones y convertiros en guionistas. Tenemos cursos que enseñan a escribir cortos, largos, series, webseries, documentales, cómics… 66 cursos a día de hoy y cada semana salen tres clases nuevas.
Hoy continuamos con el curso de Análisis de capítulo piloto de series. En cada una de las clases analizamos el piloto de una serie famosa como Stranger Things, Breaking Bad, Lost, La casa de Papel o Lupin. Hoy le toca el turno al análisis del capítulo piloto de Gambito de Dama.
Y me gustaría animaros a que os unáis al proyecto de Guionistas de Gloria. En el que intentamos homenajear a los que escriben las historias. Tan solo debéis descargaros el cartel que tenemos de plantilla, rellenarlo y colocarlo en algún lugar donde se haya rodado una película. Os dejo el enlace de la web donde podéis ver los pasos y descargaros el cartel. No me dejéis solo con esto porque la idea es que sea un proyecto colaborativo. Podéis ver los homenajes que ya hay hechos en el instagram de Guionistas de Gloria. De momento solo hay homenajes en Uruguay, por lo que espero vayan apareciendo en más países. De vosotros depende.
Las tramas maestras de Roland Tobias
Continuamos con la propuesta de Ronald Tobias sobre las 20 tramas maestras de su libro El Guion y la trama. Fundamentos de la escritura dramática audiovisual.
Ya analizamos la trama de búsqueda, la trama de aventura, la trama de persecución, la trama de rescate, la trama de huida, la trama de venganza, la trama del enigma, la trama de rivalidad, la trama del desvalido, la trama de la tentación, trama de la metamorfosis, la trama de transformación, la trama de la maduración y la trama del amor, continuamos con la trama del amor prohibido.
La trama de amor prohibido
El Amor no mira con los ojos, sino con la mente, por eso se representa a Cupido como un ciego.
SHAKESPEARE, El sueño de una noche de verano.
Chaucer lo dijo antes que Shakespeare, y se ha dicho muchas veces antes y después: el amor es ciego. Creemos en el poder y la fuerza del amor para superar todos los obstáculos. Es el logro supremo de las emociones humanas. En el mundo perfecto solo hay amor, y las pequeñas mezquindades que poseen los seres humanos en el plano terrenal se ven relegadas. El amor es un estado trascendente, y nos pasamos la vida buscándolo.
Para nuestra romántica imaginación el amor carece de límites. Estamos familiarizados con la magia del amor: cómo une a aquellos que parecía imposible que estuvieran juntos, cómo crea sus propios milagros. Conocemos su poder para curar y sanar. El amor es más poderoso que cualquier otra potencia humana. Pero nosotros tenemos los pies sobre la tierra. Somos criaturas imperfectas que tan sólo pueden aspirar a la perfección de un mundo inspirado por el amor.
Mientras tanto, debemos sufrir por nuestros pequeños defectos así que atravesarnos el camino de la vida, esperando que llegue nuestro turno para intentar obtener el premio supremo. La verdad es que hemos escrito volúmenes enteros sobre las reglas del amor. A pesar de que sabemos que el amor no debería tener ninguna atadura, todos los días aprendemos las lecciones de lo que constituye el amor «correcto», y diligentemente traspasamos esas lecciones a nuestros hijos.
Definimos el amor y hacemos juicios sobre él. Una persona no debería casarse con otra de una posición inferior o superior a la suya. Una persona no debería casarse con otra que profese una religión distinta. Una persona debe casarse con otra persona de su misma raza. Una persona no debería enamorarse de otra que pertenezca a otra clase social o que ya esté casada o que sea demasiado mayor o demasiado joven. Nuestra sociedad propone estas exigencias, y la mayoría de nosotros las acepta.
Pero el poder del amor —o simplemente la idea de estar enamorado— es suficiente para cruzar «la barrera» y penetrar en el territorio «prohibido». Y ya que la ficción actúa a menudo como nuestra conciencia social, muchos relatos nos advierten acerca de los castigos que pueden derivarse de cruzar esa línea. En alguna ocasión, surge una historia que desafía los tabúes sociales y muestra que el amor puede ser en ocasiones más fuerte que la desaprobación de una sociedad entera. El amor, a veces, florece entre las grietas.
La primera versión escrita de Romeo y Julieta apareció en 1476, más de cien años antes de que Shakespeare escribiera su obra. La versión de este es la cuarta y no fue la última. Gounod la convirtió en una ópera y Jean Anouihl escribió una versión ácida y realista titulada Romeo y Jeannette. La historia ejerce una poderosa atracción sobre nuestra imaginación: en primer lugar porque los dos amantes desafían la prohibición de sus familias de que Montescos y Capuletos han de mantenerse separados. A pesar de que su amor es real, también lo es su tragedia.
El amor entre Abelardo y Eloísa sigue el mismo sendero trágico. Abelardo, un teólogo y filósofo escolástico francés, se enamora de su estudiante, Eloísa, y la seduce. Ella se queda embarazada y tiene un niño, después de lo cual la pareja se casa en secreto. Cuando el tío de Eloisa, canónigo de la catedral de Notre Dame, descubre su ilícito amor, hace que Abelardo sea castrado.
La sociedad siempre se ha sentido incómoda con la gente que es particularmente fea o grotesca. Simulamos que no existen, y les negamos el derecho a poseer los mismos sentimientos y deseos que nosotros tenemos. Victor Hugo creó a Quasimodo, el tañedor de campanas jorobado de El jorobado de Notre Dame. Dudo que exista alguien más feo en la historia de la literatura (uno de sus ojos está oculto por un enorme tumor, sus dientes cuelgan como colmillos bajo su labio inferior, sus cejas son como cerdas pelirrojas y su gigantesca nariz se retuerce sobre su labio superior como un hocico).
Pero Quasimodo es tan hermoso en su interior como repulsivo en la superficie. Esmeralda es el objeto de su pasión: una hermosa bailarina gitana, una mujer que obviamente está fuera de su alcance. Y, sin embargo, él se convierte en su protector y salvador contra el hipócrita archidiácono de Notre Dame, quien denuncia a Esmeralda por brujería después de que ella le rechace. Como en la mayoría de los amores imposibles, el final es trágico: es un amor que no puede realizarse excepto en el corazón y en la mente de Quasimodo. Pero él venga la muerte de Esmeralda matando al archidiácono.
Adulterio
El modelo más común del amor prohibido es el adulterio. Algunos de los clásicos de la literatura moderna que tratan este tema son La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne, Ana Karenina de Leon Tolstoi y Madame Bovary, de Gustave Flaubert. A pesar de que las tres son novelas escritas por hombres acerca de mujeres que poseen corazones engañosos, las tres son obras de primera categoría.
Madame Bovary trata sobre una mujer que se siente atrapada por un marido que carece de imaginación romántica. El amor no es ese sentimiento esplendoroso del que ella ha leído, así que decide buscarlo por su cuenta. Emma Bovary está afligida por un grave caso de sentimentalismo, y cree que el mundo exterior que hay más allá de su puerta es como una historia de amor teatral que está aguardando a que ella entre en escena. Abandona a su marido y comienza su búsqueda. Lo que encuentra no es lo que esperaba. El amor con los extraños resulta ser algo muy diferente de lo que ella había anhelado. Al final de la novela, Emma se envenena y muere tras una penosa agonía.
Ana Karenina no parece tener más suerte. No se trata de una mujer ingenua, fantasiosa, como Emma Bovary. Pero cae en las redes amorosas de un joven oficial e impetuosamente abandona a su marido y a su hijo para huir con él. Sin embargo, su amante la abandona para reunirse con sus camaradas cuando parten para combatir en una guerra en el extranjero. Desconsolada, Ana se arroja a la vía del tren.
En La letra escarlata, Hester Prynne es marcada como adúltera por la sociedad puritana del Boston del siglo XVII. Se ve obligada a llevar una «A» roja en su pecho para que todos sepan quién y qué es. Para empeorar las cosas, da a luz a una niña, Pearl, fuera del matrimonio. Los clérigos de Boston, tienen el propósito de averiguar quién es el amante de Hester, pero ella se niega a decírselo. Su marido regresa tras un largo viaje y se disfraza para poder llevar a cabo su venganza contra el amante de su esposa. Sospecha de un joven clérigo, Arthur Dimmesdale. Acorrala a Dimmesdale, intentando que confiese. Al final, Hester, Arthur y su criatura intentan escapar, pero son apresados. En la última escena, Dimmesdale sube las escaleras de la hoguera con Hester y Pearl y se hace bordar sobre el pecho la letra escarlata. Escapa de la cuasi-satánica venganza del marido de Hester y muere en los brazos de su amada. Una vez más, el amor prohibido ha terminado en tragedia.
El triángulo de personajes en los relatos sobre el adulterio es siempre el mismo: la esposa, el marido y el amante. Los códigos morales del siglo XIX nunca hubieran permitido que una historia de amor adúltero acabara felizmente, y ya que el precio del pecado es la muerte, Emma Bovary, Ana Karenina y Arthur Dimmesdale mueren. En los casos de Bovary y de Karenina, ambas descubren que la pasión que habían estado buscando es una mentira. En el caso de Hester Prynne, el amor es auténtico, pero su precio es la vergüenza y la muerte.
La persona que comete adulterio es con frecuencia el protagonista del relato. El esposo/a engañado es a menudo el antagonista que, con frecuencia, busca venganza. La trama gira sobre sí misma con facilidad y hace que los adúlteros pasen a ser asesinos al matar o intentar matar al esposo/a como en El cartero siempre llama dos veces. O, como en la película francesa Las diabólicas, la esposa une fuerzas con la amante de su marido para matarlo. En la mayor parte de los casos, la razón de planear la muerte del esposo/a es liberar a los amantes para que puedan casarse (aunque en Las diabólicas de lo que se trataba era de librarse de un hombre insoportable).
Incesto
Otras formas, más oscuras, del amor prohibido tratan acerca del incesto. Siempre nos ha hecho sentir incomodidad, y dudo que se haya escrito una comedia que trate con ligereza este asunto. El incesto es uno de los tabús más poderosos y terroríficos de la naturaleza. El desdichado Edipo, el gran intérprete de los oráculos, se casa con su propia madre. Cuando lo descubre, el horror es de tal magnitud que se arranca los ojos.
El tema es infrecuente, pero siempre es considerado como propio de una conducta aberrante. Podemos perdonar sus pecados a Emma Bovary y a Ana Karenina, pero no podemos perdonar el pecado del incesto, esté unido o no a la pasión amorosa. En la novela de William Faulkner El ruido y la furia, uno de los personajes principales, Quentin, es un muchacho melancólico y taciturno cuya única pasión es su hermana Candace, quien corresponde a su amor.
Amor homosexual
El tema del amor homosexual ha sido tratado con frecuencia como amor prohibido. Nuestra literatura suele convertir en tragedias las historias de amor homosexual. El caso ejemplar es Muerte en Venecia de Thomas Mann. El personaje principal, un hombre maduro llamado Aschenbach, se enamora de un muchacho de catorce años, Tadzio. La acción transcurre durante un brote de cólera y Aschenbach está tan enamorado de Tadzio que no puede abandonar la ciudad y muere debido a la plaga.
La relación entre la homosexualidad con el cólera y la muerte sugiere abiertamente la relación entre los dos personajes. El amor contra natura de Aschenbach por Tadzio le lleva directamente a la muerte. Mann incluye además símbolos explícitos del infierno, incluso el transporte a lo largo de un río de la muerte, lo que contribuye a reforzar esa relación.
Historias de amor efímeras
En vez de emplear estas historias, antiguas y más tradicionales, he optado por una historia más moderna que se libra de las convenciones. Harold y Maude fue escrita por Colin Higgins. Es la historia de un chico rico que tiene veinte años, está enamorado de la muerte y su entretenimiento favorito consiste en escenificar horripilantes suicidios de cara a su madre.
A Harold también le complace acudir a los funerales de desconocidos. En uno de esos funerales, conoce a Maude, una mujer de setenta y nueve años. Harold se entusiasma con la vitalidad e ingenio de Maude. La visita en su apartamento donde ella le enseña el significado de la vida y del amor. Le muestra los placeres de los cinco sentidos —todo desde aprender yoga a cómo tocar el banjo o beber té silvestre y comer pastel de jengibre—.
Maude es un espíritu libre; odia el conformismo y desprecia a la sociedad represiva. Harold está totalmente hechizado por Maude. Gradualmente se enamora de ella mientras desarrolla una actitud más positiva hacia la vida. Se convierten en amantes. En una breve escena, podemos ver fugazmente un número tatuado en el antebrazo de Maude, por lo que llegamos a saber que es una superviviente de un campo de concentración. Lo que es magnífico de esta escena es lo mucho que dice mostrando tan poco. No hay ningún diálogo acerca de ello. Maude no se explaya sobre los horrores del nazismo y de los campos de concentración. No se sube al estrado y suelta una típica parrafada de «superviviente» de esas que hemos oído tantas veces. Sus acciones como una mujer que posee un gran apego a la vida lo dicen todo en el contexto de ese plano de su tatuaje.
Harold anuncia, para gran horror de su familia, que planea casarse con Maude. Ha previsto proponerle matrimonio en su octogésimo aniversario. Harold ha sido transformado por el poder vivificador que posee Maude; le ha cambiado y le ha sacado de su depresión fatalista. Pero cuando va a ver a Maude el día de su cumpleaños, descubre que ella se ha tomado una sobredosis de pastillas para dormir y que está agonizando. Harold está desolado. No puede entender por qué Maude querría suicidarse.
La explicación de Maude es sencilla: no quería vivir más de ochenta años. Se niega a vivir una vida ligada al desvalimiento. Quiere que la muerte llegue cuando ella lo desee, y no a la inversa. Harold lleva apresuradamente a Maude al hospital. En la ambulancia, Harold le dice que la ama. Ella le contesta que también le ama, pero que debe «salir por ahí y amar algo más». Poco después, Maude muere. Al final de la historia vemos caer el coche de Harold desde una colina y chocar contra las rocas. Por un momento parece como si Harold hubiera buscado a la muerte de la misma forma que Maude, pero cuando la cámara retrocede, vemos a Harold en la cima del acantilado, tocando con el banjo una canción que Maude le había enseñado.
La diferencia entre Harold y Maude y otras historias de amor prohibido es que esta vez la relación de pareja se asienta. El amor ha triunfado. A pesar de que la familia de Harold está mortificada por la idea de que éste se case con una mujer que le cuadruplica la edad, la sociedad no gana esta vez. El suicidio de Maude es trágico, pero a la vez triunfante. Es un acto de autodeterminación que reafirma la calidad de su vida y, lo que es más importante aún, el acto es coherente con los propósitos de Maude.
La primera fase dramática comienza con el principio de la relación. Conocemos primero quién es Harold, pero Maude se introduce en la historia rápidamente. Ella produce en él un impacto profundo e inmediato. Por lo general, la sociedad, si es consciente de la existencia de un amor prohibido, expresa su desaprobación o intenta detenerlo. Los amantes prosiguen su relación en secreto o desafiantemente a la vista de lo que todos quieran pensar. La sociedad siempre está dispuesta a castigar a aquellos que no se someten a sus reglas.
La segunda fase dramática conduce a los amantes a la plenitud de su relación. Comienza con una nota positiva: los amantes se hallan en el mejor momento de su relación y todo marcha bien. Pero hacia la mitad de la segunda fase, las semillas de lo que conducirá a esa relación a la destrucción ya han sido sembradas. No tenemos ningún indicio de que Maude vaya a suicidarse, pero sabemos que su relación amorosa no puede ir en la dirección que Harold desea.
Harold es ingenuo y está enamorado; no comprende ni teme a las consecuencias. Maude comprende el mundo y está enamorada; comprende las consecuencias pero se niega a doblegarse ante las presiones de la sociedad. Debe ser ella quien busque la salida. Hacia el final de la segunda fase dramática, la relación entre los amantes debe hallarse en una situación de declive.
En Madame Bovary y Ana Karenina, las relaciones amorosas se disipan rápidamente; la ilusión del amor queda hecha añicos. La realidad y la fuerza ejercida por la sociedad han pasado factura.
En la tercera fase dramática, los amantes deben pagar un precio a la sociedad. Parece que la muerte es la única vía de escape. Romeo y Julieta mueren. También mueren Emma Bovary, Ana Karenina, Esmeralda, Arthur Dimmesdale y Aschenbach. Solo Abelardo salva su vida —es castrado. El amor puede seguir ardiendo en el corazón de uno de los amantes, como ocurre en los casos de Quasimodo por Esmeralda, Hester Prynne por Dimmesdale y Harold por Maude. O puede que el superviviente se rinda a la desesperación y a la desilusión. A menudo, el amante que sobrevive lo ha perdido todo. Por lo que parece, la sociedad nunca pierde.
Resumen
- El amor prohibido es todo tipo de amor que va en contra de las convenciones sociales, así que por lo habitual existe una fuerza explícita o implícita que se ejerce sobre los amantes.
- Los amantes ignoran las convenciones sociales y siguen los impulsos de su amor, generalmente con resultados catastróficos.
- El adulterio es la forma más común del amor prohibido. El adúltero puede ser el protagonista o el antagonista, dependiendo de la naturaleza de la historia. Lo mismo puede decirse de la esposa/el esposo que sufre la humillación.
- La primera fase dramática debe definir la relación entre los amantes y situarla en su contexto social. ¿Cuáles son los tabús que han roto? ¿Cómo afrontan la situación? ¿Cómo la afronta la gente que hay alrededor? ¿Los amantes son inconscientes o se enfrentan abiertamente a la realidad de su amor?
- La segunda fase dramática debe presentar a los amantes en el momento cumbre de su relación. Puede que la fase inicial sea idílica, pero cuando se manifiestan las realidades sociales y psicológicas de su relación, ésta puede empezar a desvanecerse o a sufrir una enorme presión para que desaparezca.
- La tercera fase dramática debe presentar a los amantes en el punto final de su relación y saldar todas las cuentas morales. Por lo habitual, los amantes se separan, sea por la muerte, por la huida de uno de ellos o por la fuerza de las circunstancias que les rodean.
Y así terminamos el podcast de hoy en el que hemos analizado una de las tramas maestras de Ronald Tobias: la trama del amor prohibido. Si os ha sido útil, agradecería comentarios y valoraciones en Itunes, Ivoox, Youtube o Spotify. O que compartáis este podcast por redes sociales. Y por supuesto agradecer a los que os suscribís a los cursos de Guion o contratáis las consultorías y mentorías que ayudáis a que el podcast se mantenga. Estaremos juntos los martes y jueves con nuevas técnicas, estrategias y análisis para que aprendamos entre todos a ser mejores guionistas.