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En el podcast anterior comenzamos a ver los consejos de Blake Snyder en su famoso libro ¡Salva el gato! para descubrir los errores en nuestro guiones. Bien, en este continuamos viendo los cinco restantes que nos ayuden a mejorar la primera versión de nuestro guion.
Pero antes os recuerdo que en la plataforma de cursosdeguion.com podéis aprender todo lo necesario para escribir guiones y convertiros en guionistas. Tenemos cursos que enseñan a escribir cortos, largos, series, webseries, documentales, cómics… 62 cursos a día de hoy y cada semana salen tres clases nuevas.
Hoy comenzamos curso nuevo: Guion de Comedia Negra, que vamos a centrar en la comedia negra contemporánea. Es un curso que os va a dejar muy claras las características que debe tener una buena comedia negra en la actualidad.
Y el sábado continuamos con el curso de Concurso Express de Cortometraje. Vamos a ver qué tenemos que tener en cuenta si nos queremos presentar a un concurso de cortometraje express, ya sea presencial u online. En la tercera clase continuamos con las limitaciones que suelen imponer este tipo de concursos y cómo debemos enfrentarnos a ellas.
En qué falla una película según Blake Snyder
Como ya vimos, Blake Snyder ofrece en su libro ¡Salva el gato! una serie de puntos problemáticos que suelen tener muchos guiones y que pueden ser de ayuda a la reescritura. En el podcast anterior vimos los cuatro primeros, en esta veremos los cinco restantes.
La rueda cromática de las emociones
Una buena película es como un viaje en la montaña rusa y arranca en el espectador todo tipo de emociones: risa, llanto, excitación, miedo, pena, ira, frustración, y al final la euforia del triunfo.
Ya hablemos de una comedia o de un drama, exprimir las emociones del público es el objetivo del juego. De lo que se trata es de convertirla en una experiencia emocional, de explorarlas todas.
Si vuestro guion parece emocionalmente monocorde, retroceded y dadle cuerpo utilizando todos los colores de la paleta. ¿Dónde está vuestra escena de lujuria? ¿Dónde la de frustración? ¿Y la de miedo? Si no tenéis ninguna de ellas, coged una escena que sea divertida sin más, o dramática sin más, Y tratad de reinterpretarla en clave de alguno de los colores que os faltan.
Hola ¿qué tal? yo bien, ¿y tú?
Diálogos insípidos los hay hasta en películas buenas. Pero tu guion nunca llegará a película si los diálogos sosos y sin chispa son la tónica general. Si al revisarlo ves página tras página de conversaciones “de relleno”, te puedes hacer una idea de que tienes un problema.
“Hola ¿qué tal? yo bien, ¿y tú?” nos recuerda el pestiño que puede llegar a ser un diálogo soso y el desperdicio de espacio que supone. Diálogo soso es aquel que puede decir cualquiera. Los diálogos de un personaje son tu oportunidad de revelar su personalidad y contarnos quién es además de qué dice.
En un buen guion, cada personaje tiene que hablar con voz propia. Todos tienen que tener una forma personal e intransferible de hablar hasta la charla más banal, del tipo “Hola ¿qué tal? yo bien, ¿y tú?”.
Retrocede un paso
Muchos de nosotros, que sabemos cómo acaban siendo nuestros héroes, no queremos hacerlos pasar por la tortura de crecer, por lo que les evitamos ese dolor. Y, cómo criar a un hijo, eso no se puede hacer. Estos personajes tienen que crecer a base de trompazos, y, nos guste o no, tenemos que dejar que se los den.
“Retrocede un paso” se aplica a todos los personajes. Para que veamos cómo crece y cambia cada uno en el transcurso de tu historia, tienes que hacerlos volver a la casilla de salida. No te atranques en el resultado final y nos niegues el placer de ver cómo llegan hasta allí.
Las películas tienen que mostrarle al espectador todo: todo el cambio, todo el crecimiento, toda la acción del viaje del héroe.
Cojera y parche en el ojo
Otro de los problemas de muchos guiones es crear demasiados personajes secundarios y que cueste distinguir a uno de otro. Eso se produce porque no les damos algún rasgo fácil de retener.
Para evitar este problema Blake Snyder propone que todos los personajes tengan “cojera y parche en el ojo”, es decir, un rasgo llamativo que haga que el lector se quede con él. Si le damos una muleta visual será más sencillo que los diferencien.
¿Es primario?
¿Conecta nuestra historia con el público más básico? ¿Gira la trama de mi película en torno a impulsos primarios como la supervivencia, el hambre, el sexo, la protección de los seres queridos o el miedo a morir?
Si hacemos que la motivación de nuestros personajes sea primaria, no solo estaremos anclando la acción en principios con los que conectamos todos de una forma visceral, sino que haremos más fácil que la historia se venda en todo el mundo.
Ejemplos de impulsos primarios en argumentos de películas de éxito son:
- El deseo de proteger a la familia (La jungla de cristal)
- El deseo de proteger el propio hogar (Solo en casa)
- El deseo de encontrar pareja (Algo que recordar)
- El deseo de cobrarse venganza (Gladiator)
- El deseo de sobrevivir (Titanic)
Y así terminamos el podcast de hoy en el que hemos visto en qué falla una película según Blake Snyder. Si os ha sido útil, agradecería comentarios y valoraciones en Itunes, Ivoox, Youtube o Spotify. O que compartáis este podcast por redes sociales. Y por supuesto agradecer a los que os suscribís a los cursos de Guion o contratáis las consultorías y mentorías que ayudáis a que el podcast se mantenga. Estaremos juntos los martes y jueves con nuevas técnicas, estrategias y análisis para que aprendamos entre todos a ser mejores guionistas.