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Los personajes que te dicen sí, pero no, siempre tienen algo de misterio e interés. Hoy vamos analizar las contradicciones de los personajes con la ayuda del libro El arte de crear personajes de David Corbett. Veremos cómo hacer a nuestros personajes más profundos e interesantes.
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Creando contradicciones en los personajes
Ya utilizamos el brillante libro El arte de crear personajes de David Corbett en un podcast anterior para ver de qué materia prima podemos sacar los personajes. Hoy volvemos al texto para analizar la importancia de crear contradicciones a nuestros personajes para hacerlos más interesantes y complejos.
La naturaleza y función dramática de la contradicción
Según Corbett la contradicción despierta nuestro interés en el personaje porque no encaja en lo que esperábamos de él, dado lo que hasta entonces sabíamos o habíamos observado.
Igual que los secretos, las contradicciones despiertan el instinto de nuestra curiosidad – no podemos evitarlo- y suponen, por tanto, una herramienta útil para la creación de personajes, con independencia de otras consideraciones de verosimilitud o creatividad.
Si entrenas la mirada para detectar contradicciones, se pueden encontrar en todas partes. Expresan una aparente paradoja de la naturaleza humana, que las personas hacen algo y hacen también justo lo contrario, son esto pero son también aquello.
Hay contradicciones físicas, como que un matón tenga la voz chillona, o una bailarina las rodillas gordas, o el sugerente tatuaje de un ama de casa sin pretensiones. Y estas incongruencias siempre despiertan la sospecha de una complicación, un enigma o una intensidad que no esperábamos.
A veces las contradicciones están en el temperamento: alguien es hablador y al mismo tiempo tímido, extrovertido pero desconfiado, despiadado pero infantil.
Puede haber contradicciones en el comportamiento: que nos dividamos entre el optimismo y la prudencia, que seamos tolerantes pero comedidos. Al mismo tiempo que somos generosos con nuestra familia y amigos, desconfiamos de los extraños. Estas contradicciones suelen ser indicio de la tensión entre quienes confiamos y quiénes no y de por qué lo hacemos.
Para David Corbett aparte de contribuir a la verosimilitud, las contradicciones cumplen dos funciones decisivas en la ficción dramática:
- Cuestionan lo que se espera y, por tanto, despierta nuestro interés.
- Son una manera sencilla de mostrar la complejidad y la profundidad. Pueden servir para presentar:
- el subtexto, la tensión entre lo expresado y lo omitido, entre lo visible y lo oculto.
- las sutilezas circunstanciales de la vida social.
- el conflicto entre el comportamiento consciente y el inconsciente.
- el suspense: Queremos saber qué significa la contradicción, por qué está ahí.
Tipos de contradicciones según su origen
Contradicciones basadas en la yuxtaposición física, irónica o cómica
Cualquiera que conozca la cultura de las pandillas habrá escuchado una contradicción basada en la yuxtaposición irónica: los tipos enormes a los que llaman “peque”, el que está siempre enfadado al que llaman “sonrisas”…
Otro ejemplo sería la hermosa joven que tiene una deformidad en el brazo o la pierna, o que lleva una peluca para ocultar su cabello devastado por la quimioterapia.
O la madre madura que se viste como su hija adolescente.
Contradicciones basadas en nuestra necesidad de cumplir distintas funciones sociales
En su diálogo filosófico El sobrino de Rameau, Diderot plantea que “cada uno se ve obligado a asumir un número interminable de máscaras para cumplir los diversos roles y las múltiples obligaciones que se exigen de nosotros”.
Si sentimos que una de esas máscaras es más sólida, es solo porque el hábito, creado por la asunción diaria de ese papel particular (hija obediente, vecino quejica, jefe exigente) la ha vuelto más rutinaria, familiar y natural.
Pero solo se necesita un cambio repentino o drástico en el entorno social para que nos preguntemos: ¿Qué se espera de mí aquí? ¿Quién se supone que soy? ¿Qué tengo que hacer para encajar?
Contradicciones basadas en la competencia de valores morales o de objetivos
“Nos consideramos honrados y responsables, hasta que un día nos encontramos un sobre lleno de dinero” (Casa de juegos, de David Mamet).
“Le has sido fiel a tu cónyuge durante años, hasta que una noche te encuentras solo en un lugar extraño” (Un episodio en la vida del profesor Brooke, de Tobias Wolff). Esta contradicción es la base de la película Proposición indecente con Robert Redford y Demi Moore.
Son conflictos centrales, en el núcleo del argumento, pero también pueden emplearse para la caracterización otros conflictos menores basados en objetivos, o valores opuestos, mostrando las fuerzas contradictorias que impulsan al personaje.
Contradicciones consecuencia de un secreto o de un engaño
Que alguien esté ocultando algo crea una oportunidad obvia para una contradicción. Tarde o temprano lo escondido se desbordará sin que nos demos cuenta y provocará ese inexplicable cambio de conducta que resulta intrigante por sí mismo.
En novelas o películas como Rebeca o La Pimpinela Escarlata, los personajes protagonistas ocultan un gran secreto, lo que les provoca ejercer muchas contradicciones con su comportamiento al ocultarlo.
Contradicciones basadas en la oposición entre rasgos conscientes e inconscientes
Toda construcción del ego, la imagen que mostramos a los demás, se basa en cierto grado de represión, secreto y camuflaje. Esto dice mucho de qué queremos ser, quién fingimos que somos, en quién tememos convertirnos y cuál es nuestra posición entre los demás.
Pero la represión aumenta en secreto su poder y, al intentar ocultar un impulso como, por ejemplo, el hecho de ser coqueto o temerario o mezquino, ponemos en marcha una olla a presión que un día puede llegar a explotar.
Las contradicciones pueden hacer visibles tanto las intenciones del personaje como lo que no sabe que está en su propia naturaleza, y lo hacen de golpe, sin necesidad de un complicado psicoanálisis.
Contradicciones del temperamento
Los personajes pueden y deben tener contradicciones que nazcan de su propio temperamento. Este tipo de contradicción es difícil de atribuir a una causa, lo que no necesariamente indica una deficiencia. Los lectores y espectadores no necesitan ni quieren que se les explique todo.
Aunque nosotros como autores sí debemos intuir la naturaleza psíquica que abarca esas contradicciones, y no simplemente juntarlas y esperar a que se seque el pegamento.
Macbeth es audaz cuando es violento y cobarde cuando teme algo, desmedido en su ambición pero atormentado por su conciencia. Es a la vez miedoso y temerario.
En Breaking Bad, Walter es a la vez un profesor de química que podría haber logrado mucho más y un excepcional cocinero de metanfetamina. Su giro a la actividad criminal desata en él una confianza y una asertividad antes reprimidas. Los demás creen que esa conducta ”le viene de la nada”. Wall dice que, por primera vez en años “está despierto”.
Las contradicciones son útiles porque son interesantes por sí mismas. Nuestra percepción se dirige por instinto hacia lo que no encaja. Es una adaptación evolutiva: nos alerta de las amenazas. El mensaje subyacente a toda contradicción es: Presta atención.
David Corbett nos sugiere que revisemos los libros o películas que hemos visto hace poco y que nos preguntemos sobre sus personajes analizando si tienen algún tipo de contradicción.
También nos anima a hacer eso con las obras que estemos escribiendo. Y si no tienen ninguna contradicción le añadamos alguna. ¿Qué sucede? ¿parece forzada o natural? ¿por qué?
Y así terminamos el podcast de hoy en el que hemos visto cómo crear contradicciones a nuestros personajes. Si os ha sido útil, agradecería comentarios y valoraciones en Itunes, Ivoox, Youtube o Spotify. O que compartáis este podcast por redes sociales. Y por supuesto agradecer a los que os suscribís a los cursos de Guion o contratáis las consultorías y mentorías que ayudáis a que el podcast se mantenga. Estaremos juntos los martes y jueves con nuevas técnicas, estrategias y análisis para que aprendamos entre todos a ser mejores guionistas.